LEER Y YO
Cada cambio trascendente en mi vida, se gesta leyendo... Y cada lectura llega a mí por caminos sinuosos, llenos de curvas y retrocesos hacia adelante... Los libros se encuentran conmigo el día exacto en que mi terreno emocional está listo para ser sembrado, y la magia simplemente sucede.
Si tuviese que describir ese momento especial en que todo se transforma, evocaría una epifanía, llena de sensaciones físicas, como si mi corazón se expandiera para contener la expansión de mi alma, y no pudiera evitar golpearme fuerte el pecho... Es casi doloroso, pero es un dolor placentero... Siempre lloro cuando eso pasa, porque sé que, en definitiva, se trata de un duelo... se trata de dar un paso a la siguiente versión de mí misma, y con eso, inevitablemente, dejar atrás la anterior... la que un día en el pasado, también me inundó con su luz encandilante.
Siempre puedo visualizar, con mucha claridad, el camino sinuoso... como en esas películas en que varias escenas, aparentemente inconexas, terminan dándole sentido a todo... Y me es imposible evitar sentir que todo se armó para mí... cada situación, cada persona que, con una acción trivial, terminó siendo clave en el hilo de hechos que me llevaron hasta ahí, quizás un olvido o algo que se salió de todos los planes...
Últimamente, también siento que cada uno de esos cambios, son a su vez escenas inconexas del futuro... Y es como si pudiera estirarme y pertenecer a los tres tiempos a la vez.
No cambiaría por nada esa sensación de crecimiento... Y no es porque crea que me acerca a una verdad universal, es porque me acerca al centro de mí misma... Cada vez, atravieso una capa, estoy más cerca de lo que en realidad soy... Más cerca de algo que, a pesar de ser tan personal, conecta con el todo y me cambia la mirada...
Siempre puedo visualizar, con mucha claridad, el camino sinuoso... como en esas películas en que varias escenas, aparentemente inconexas, terminan dándole sentido a todo... Y me es imposible evitar sentir que todo se armó para mí... cada situación, cada persona que, con una acción trivial, terminó siendo clave en el hilo de hechos que me llevaron hasta ahí, quizás un olvido o algo que se salió de todos los planes...
Últimamente, también siento que cada uno de esos cambios, son a su vez escenas inconexas del futuro... Y es como si pudiera estirarme y pertenecer a los tres tiempos a la vez.
No cambiaría por nada esa sensación de crecimiento... Y no es porque crea que me acerca a una verdad universal, es porque me acerca al centro de mí misma... Cada vez, atravieso una capa, estoy más cerca de lo que en realidad soy... Más cerca de algo que, a pesar de ser tan personal, conecta con el todo y me cambia la mirada...
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