Hablar de "debilidades" en la entrevista laboral
Siempre me pregunté qué objeto tendrá preguntarle a alguien por sus "debilidades" en una entrevista laboral, y cómo debería el entrevistado responder a semejante pregunta.
A mí me parece de lo más revelador y nutritivo a nivel emocional "iluminar la sombra", ser concientes de nuestros aspectos oscuros (relegados, negados), para poder aceptarlos e integrarlos a nuestra personalidad, para no tenerles miedo y para poder convivir con ellos, ¡tan reales son!. Pero ¿es la entrevista laboral el espacio para hablar de ellos?, ¿es el entrevistador, una persona que ni siquiera conocemos y que se presenta en un situación de poder ante nosotros, el interlocutor indicado ante quien reconocer ESO que, en el mejor de los casos, nos llevó un gran esfuerzo admitir íntimamente?
Definitivamente, creo que necesitamos recurrir a múltiples ardides para atravesar este momento de la entrevista que, no llego a entender por qué, un día se impuso como paso obligado.
Respuestas que son sinceras desde el alma, como por ejemplo "mi debilidad es ser demasiado exigente conmigo mismo", podrían ser tomadas como un indicio de "falsa humildad", porque representan, el mundo de las empresas, grandes fortalezas incluso cuando puertas adentro hayamos tenido que luchar sin tregua contra semejante devorador.
Tampoco sería prudente, si uno quiere seguir en carrera, decir las debilidades mundanas como "soy impuntual", "soy desordenado", "soy intolerante" o "me aburro rápido de las cosas". ¡Nadie en su sano juicio reconocería tales aspectos en una entrevista laboral!
Entonces, digo yo, ¿serían las "debilidades socialmente aceptables" nuestra única opción?, y pienso ¿existe tal cosa?.
Creo que quién pregunta no está, en realidad, dispuesto a escuchar cualquier verdad, y ¡no estoy segura de qué sepa qué es lo que quiere oir!.
Comentarios